Por Ángel Sosa F.
CAUSAS Y
CONSECUENCIAS DE LOS ASENTAMIENTOS IRREGULARES EN REPUBLICA DOMINICANA: Algunas
interrogantes.
¿Cuál es la relación entre pobreza y suelo urbano?
Existen
múltiples maneras de definir la pobreza y cada definición parte de diferentes
concepciones teóricas, metodológicas y éticas.
De acuerdo con el enfoque del PNUD (20019, la pobreza consiste
primordialmente en una situación de privación, impotencia y vulnerabilidad de
determinados sectores de población. Privación, porque las personas no disponen
de recursos e ingresos suficientes para satisfacer sus necesidades elementales;
impotencia, porque no poseen la representación, el acceso o la influencia
directa al poder político para cambiar intrínsecamente de situación y
vulnerabilidad porque no cuentan con los recursos o las capacidades para
superar o aminorar los impactos negativos ante crisis de diferente naturaleza.
Hay
que entender también que el concepto de pobreza implica un estado o situación
en la cual se encuentran grupos de pobladores que no le permiten acceder a
ciertos beneficios básicos que brindan nuestras ciudades o sociedades. Estos beneficios pueden ser tangibles o
intangibles. En el caso nuestro los
beneficios tangibles que brindan la ciudad o sociedad, deben derivar los
beneficios intangibles, que tienen que ver con una buena calidad de vida.
La
pobreza en República Dominicana[1]
se define como una problemática multidimensional que conduce a una situación de
privación, impotencia y vulnerabilidad.
Como respuesta a este concepto se fundamenta en el paradigma de
desarrollo humano sostenible, en el cual el crecimiento económico y el aumento
del capital humano son condiciones necesarias, pero insuficientes para reducir
la pobreza. Siguiendo estos
planteamientos, la situación de la pobreza se analiza considerando los
condicionantes contextuales y la evolución y situación de la problemática en el
país. Entre las condicionantes del
contexto se analizan la dinámica demográfica y del mercado de trabajo, el
desempeño macroeconómico, la evolución del gasto social y la distribución del
ingreso.
De
acuerdo con la dinámica demográfica, a mediados del 2002 la población
dominicana alcanzó una cifra de 8.7 millones de habitantes. La tasa de
crecimiento de la población descendió de 3.5% promedio anual a comienzos de los
años 60 hasta 1.6% en la actualidad, debido a una drástica reducción del
crecimiento vegetativo en los últimos 40 años. La distribución territorial de
la población ha sido determinada por la migración interna, presentándose una
mayor concentración demográfica en las zonas urbanas y en algunas ciudades,
como Santo Domingo y Santiago, las dos ciudades más importantes del país. De acuerdo con estudios de mercado de
trabajo, el desempleo alcanza una tasa de un 23%, afectando más a mujeres y
jóvenes. La distribución del ingreso es
muy desigual. En 1998 los ingresos del
quintil 5 (20% de mayores ingresos), equivalen a diez veces los del quintil 1
(20% más pobre), siendo esta
concentración de las más altas de la región latinoamericana.
El
análisis del desempeño macroeconómico revela que en la década de los 80 –década
perdida- hubo un fuerte desequilibrio y que las reformas económicas y
estructurales implementadas en los años 90 permitieron la recuperación del
crecimiento. En el período 1991-2000 el
PIB creció con una tasa promedio anual de 5.5%, frente a 2.3% del 1980 al 1990,
generando dos fases distintas de expansión.
Entre 1980 y 1991 el PIB por habitantes se mantiene alrededor de
RD$30,000 (casi US$2,000.00) anuales (en pesos del 2002) y en el 2002 alcanza
la cifra de RD$44,000.00 (US$2,750.00) para un crecimiento cercano a un
50%. El crecimiento económico se vio
menguado en 2001 y 2002, por el fuerte impacto de la desaceleración de la
economía mundial y la crisis en los principales sociales comerciales del país,
pero los niveles logrados son de los mayores de la región latinoamericana. Por otra parte, el Gasto Social es muy bajo
en el país. En el período 1990-1991, el
gasto público social por habitante alcanzaba la cifra de US$64 y aumentó a
US$135 en 1998-1999. Si bien en los años
2003-2004 ocurrieron importantes aumentos, sobre todo en educación y salud, el
Gasto Social sigue siendo de los más bajos de la región.
Este
contexto ha permeado la evolución y situación de la pobreza en la República Dominicana. De acuerdo con las estimaciones
multidimensionales de la Oficina Nacional
de Planificación, la pobreza en general creció a inicio de los 90s, aumentando
el porcentaje de hogares pobres de 54.8% en 1991 a 59.6% en 1993,
descendiendo a 51.8% en 1998; la pobreza extrema se redujo de 19.7% a 14.6%
entre 1991 y 1998. La población pobre alcanzó la cifra de 4.2 millones en
1991, 4.7 en 1996 y 4.4 en 1998. En
relación con la pobreza de ingreso, las estimaciones de la ONAPLAN indican que en
1998 la pobreza general alcanzaba el 44.2% de la población y la pobreza extrema
el 12.8%. Estas dos últimas cifras tienen cierta similitud con los países
latinoamericanos.
Los
datos revelan que la pobreza es muy desigual a nivel territorial. De acuerdo con las estimaciones de la ONAPLAN, en 1998 las
regiones con mayor porcentaje de hogares pobres eran Del Valle (78%) y
Enriquillo (76%). Las 5 provincias más
pobres eran Elías Piña (92%), El Seibo (88%), Bahoruco (87%), Monte Plata (84%)
y Samaná (84%); y las cinco menos pobres: el Distrito Nacional (32%), Santo
Domingo (42%), La Romana
(52%), Santiago (54%) y San Pedro de Macorís (60%). Si bien los porcentajes más bajos se observan
en el Distrito Nacional y Santo Domingo, éstas concentran cerca de 200 mil
hogares pobres en “bolsones” de pobreza urbanos; situación similar se presenta
en Santiago. Por zona de residencia
existen grandes contrastes. En la zona
urbana la población pobre era de 35.5% y en la rural de 58.7%; la población
urbana pobre alcanza la cifra de 1.8 millones, de los que 401 mil son
indigentes. La población rural pobre
también alcanza 1.8 millones y 634 mil son indigentes. Los contrastes más
significativos por zona se presentan en las regiones Yuma, donde la pobreza urbana alcanza 39.8% y la rural
95.7%; y Del Valle con 58.7% y 91.2%, respectivamente.
El
análisis del perfil socio-económico y demográfico de la población pobre revela
que la pobreza es mayor en los hogares con jefatura femenina, en la población
infantil y en los envejecientes. La
población pobre presenta bajos niveles de escolaridad, menor participación en
el mercado de trabajo, bajos niveles salariales, bajos niveles de consumo, falta
de acceso al suelo, bajo acceso a los servicios de salud y de seguridad social,
y baja satisfacción de las necesidades básicas.
Estas desventajas son mayores en la población rural, principalmente
cuando el sexo es femenino.
La
pobreza en el país se mueve alrededor de un círculo vicioso que se reproduce de
generación en generación. Una familia
pobre tiene ingresos insuficientes para adquirir los bienes y servicios,
provocando la insatisfacción en las necesidades de alimentación y educación,
desnudez, vivienda y hacinamiento. Esta
situación conlleva a la desnutrición, insalubridad, analfabetismo e
ineficiencia de los servicios públicos.
Estas adversas condiciones no permiten a la población pobre acceder a la
capacitación para convertirse en recursos humanos calificados, restringen la
oportunidad de empleo y la obtención del ingreso necesario para confrontar este
círculo vicioso.
En
cuanto al concepto de Suelo Urbano, es claramente definido como el espacio
físico que se encuentra localizado en la ciudad o en la zona urbana. Esta definición está asociada al concepto de
Ordenamiento del Territorio, como forma de vinculación las actividades humanas
con el territorio. Es precisamente en
este contexto que se desarrollan las actividades tangibles o físicas del
hombre.
Está
claramente definido que este concepto encierra componentes como son los grandes
temas esenciales de toda ciudad, como por ejemplo las redes de infraestructura,
la clasificación y el uso de los suelos, los asentamientos irregulares, la
expansión urbana y los límites de la ciudad.
De
ahí que existe una relación indivisible entre población y territorio. Por lo tanto, el territorio es donde se dan
todas las actividades sociales, económicas y culturales del hombre. Derivándose de ello una relación de
desarrollo o no, de acuerdo a cómo los gobiernos centrales o locales lo
utilicen.
[1] “Estrategia para la
Reducción de la
Pobreza en la República Dominicana”. Oficina Nacional de
Planificación. Gabinete Social. Presidencia de la República Dominicana.
Junio del 2003.
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